Mozilla adoptó hace unos meses un sistema de actualizaciones más rápido, similar al que ha estado usando uno de sus competidores, Google Chrome. En cada versión no hay diferencias muy grandes pero estas son más rápidas y parece que Firefox podría tener un nuevo problema en su futuro, con un aumento en la fragmentación.
En lo que va de año se han lanzado cuatro versiones nuevas de Firefox (4, 5, 6 y 7) y según el actual calendario de desarrollo en lo que queda de año se lanzarán dos más, con la llegada de Firefox 9 tan solo unos días antes de final de año. La cosa no cambiará en 2012, ya que en el primer trimestre se tienen previsto lanzar dos nuevas versiones llegando hasta Firefox 11.
Que haya tantas versiones en poco tiempo puede no ser un problema, pero puede llegar a convertirse si desde Mozilla no lo comienzan a gestionar correctamente. Haciendo uso de los datos de StatCounter podemos ver los porcentajes de uso de las versiones de Firefox, la última versión —la séptima— es usada por el 56 por ciento de los usuarios de este navegador, el 15 por ciento usan Firefox 4, 5 y 6, mientras que el 28% usa versiones anteriores a la cuarta, con un pequeño porcentaje haciendo uso de Firefox 8, que actualmente se encuentra en el canal beta.
Con estos datos en Pingdom han realizado una extrapolación y han calculado como podría estar la situación dentro de tan solo un año.
Como se puede ver en la imagen una pequeña cantidad de usuarios estaría usando la última beta (Firefox 16), el uso de la última versión final aumentaría hasta el 69 por ciento, sin embargo, y aquí viene lo más importante, el 22 por ciento de los usuarios estarían haciendo uso de once versiones diferentes del navegador y un ocho por ciento usando versiones anteriores a la 3.6
Causas y soluciones a este problema
La mayor frecuencia de actualización de Firefox tiene mucho que ver, pero desde mi punto de vista se pueden realizar muchas actualizaciones controlando de una forma mejor la fragmentación. La principal causa de esto no es otro que Firefox no cuenta con un sistema de actualización automática completamente optimo como es el caso de Google Chrome y del mismo modo que esta puede ser una de las causas más probables también puede ser una de las soluciones.
Otro también es informar adecuadamente a la gente que si actualizan sus extensiones seguirán funcionando, si es que esto es así. Los usuarios de Firefox hemos tenido tradicionalmente algo de reticencia a actualizar a nuevas versiones pronto debido a que nuestras extensiones podrían no funcionar. En Mozilla deberían hacer un mayor trabajo en este aspecto y asegurar que las extensiones funcionan en las nuevas versiones, algo que ya sucede en muchos casos, y sobre todo, informar a los usuarios de que así es.
Sea como fuere, habrá que tener paciencia y ver si la predicción que hacen desde Pingdom se cumple. No obstante desde Mozilla tendrán mucha atención a este asunto y no dejarán que lleguen a tales extremos cómo el posible escenario que se plantea dentro de un año.
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